La emoción.
El concepto de emoción no tiene una única definición, sino que hay casi tantas como autores han tratado el tema. Veamos algunas:
Fernández-Abascal define que la emoción es un proceso psicológico que nos prepara para adaptarnos y responder al entorno. Y su función principal es la adaptación que es la clave para entender la máxima premisa de cualquier organismo vivo: la supervivencia.
Por otro lado, Bisquerra explica que una emoción es un estado complejo del organismo caracterizado por una excitación o perturbación que predispone a una respuesta organizada; se generan como respuesta a un acontecimiento externo o interno.
Clasificación.
En base a la última definición, ¿hay emociones positivas o negativas? Se trata de una clasificación en función de la valoración del estímulo que activa la respuesta emocional. Además, hay emociones ambiguas, que pueden tener aspectos positivos y otros negativos. (como por ejemplo, la sorpresa). Conviene tener presente que “emociones negativas” no significa “emociones malas”. A veces se ha establecido erróneamente una identificación entre negativo igual a malo y positivo igual a bueno. Es por ello, que en este blog no utilizaremos esta clasificación, sino que las diferenciaremos en agradables y desagradables para evitar connotaciones erróneas o confusas.
¿Emoción y emociones se refiere a lo mismo?
Pues bien, se habla de emoción (singular) para referirse a una gran variedad de fenómenos que tienen elementos en común. Y se habla de emociones (plural) para referirse a cada una de estas manifestaciones en particular, cada una de ellas con un nombre específico. El uso del lenguaje permite distinguir cuando nos referimos a la emoción como concepto genérico, o cuándo nos referimos a cada una de las emociones en concreto.
¿Por qué esto es relevante en la infancia?
Del Barrio nos cuenta que las emociones en el niño están es estado puro y muy poco mediatizadas por el mundo intelectual y social que le rodea. La observación del estado emocional en los infantes es mucho más fácil que en los adultos, pues ellos las manifiestan sin censura. Además, recalca que la educación emocional es muy relevante pues los desajustes emocionales alteran la vida personal y en los procesos de producción, como lo son la convivencia y el bienestar, que son esenciales en la sociedad.
Bisquerra Alzina, R. (2003). Educación emocional y competencias básicas para la vida. Rafael Bisquerra Alzina. Revista de Investigación Educativa, V ol. 21, págs. 7-43.
Bisquerra Alzina, R. (2009). Psicopedagogía de las emociones. Madrid: Síntesis. Bisquerra Alzina, R., Pérez González, J. C. y García Navarro, E. (2015). Inteligencia Emocional en Educación. Editorial Pirámide.
Del Barrio Gándara, M. V. (2002). Emociones infantiles: evolución, evaluación y prevención. Ediciones Piramide.
Fernández-Abascal, E. G., Rodríguez, B. G., Sánchez, M. P. J., Díaz, M. D. M., y Sánchez, F. J. D.(2010). Psicología de la emoción. Editorial Universitaria Ramón Areces.
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