Las emociones básicas, según Bisquerra, son un conjunto reducido de emociones que constituyen los elementos fundamentales de la vida emocional y que se pueden combinar para producir otras emociones más complejas. Esto da lugar a las emociones secundarias y a las familias de emociones. Explica Del Barrio que esto es importante, pues las emociones infantiles se diferencias de las de los adultos, pues son menos variadas y más intensas y versátiles.
Respecto a la clasificación de las emociones, encontramos gran controversia pues no hay un consenso claro sobre cuál es la clasificación más genérica debido a la abstracción de las emociones.
Por un lado, encontramos autores, como Mozaz, Mestre y Núñez-Vázques, que fundamental la existencia de cientos de emociones, aunque hay cinco emociones básicas son universales y las compartiremos también con el mundo animal (miedo, alegría, sorpresa, asco y enfado). Esto es porque el impacto de de lo que nos sucede en el mundo se traduce en una serie de cambios corporales, dirigidos por el sistema límbico, que son similares para todos.
Pero, por otro lado, hay autores. Johnson-Laird y Oatley, que especifican “el miedo, la ira, la felicidad, la tristeza y el asco” son las emociones básicas.
Otra vía distinta a las anteriores, es la de Fernández-Abascal, especifica “el miedo, la ira, la ansiedad, el asco, la tristeza, la hostilidad, la sorpresa, la felicidad, el humor y el amor” como emociones básicas
Como conclusión, podemos decir que las emociones son procesos complejos del organismo del ser humano, y se hace muy difícil la tarea de definir de manera concreta y precisa cuáles son las emociones básicas. Por lo que todas las clasificaciones son correctas pero debemos elegir cuál trabajar en función de la edad de los niños. No es lo mismo trabajar emociones con los más pequeños y con los que escogeremos clasificaciones muy genéricas como la del miedo, alegría, sorpresa, asco y enfado; o, por el contrario, trabajemos con niños más mayores y podamos enseñarles clasificaciones más amplias como la del miedo, ira, ansiedad, asco, tristeza, hostilidad, sorpresa, felicidad, humor y amor.
A su vez, dentro de las clasificaciones de las emociones, Bizquera trata otra a la que llama familias de emociones. En ella, las emociones primarias van en negrita encabezando familias de emociones como en la imagen superior, y añade otra clasificación en emociones sociales y emociones estéticas.
Bisquerra Alzina, R. (2009). Psicopedagogía de las emociones. Madrid: Síntesis
Bisquerra Alzina, R., Pérez González, J. C. y García Navarro, E. (2015). Inteligencia Emocional en Educación. Editorial Pirámide.
Del Barrio Gándara, M. V. (2002). Emociones infantiles: evolución, evaluación y prevención. Ediciones Piramide.
Fernández-Abascal, E. G., Rodríguez, B. G., Sánchez, M. P. J., Díaz, M. D. M., y Sánchez, F. J. D. (2010). Psicología de la emoción. Editorial Universitaria Ramón Areces.
Johnson-Laird, P. N., & Oatley, K. (1992). Basic emotions, rationality, and folk theory. Cognition & Emotion, 6(3-4), 201-223.
Mozaz, M. J., Mestre, J. M. y Núñez-Vázquez, I. (2014). Inteligencia emocional y cerebro. En J. M. Mestre y P. Fernández-Berrocal (coords.), Manual de inteligencia emocional (pp. 123-125). Madrid: Pirámide.
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